La Sede Social

ESTILO ARQUITECTÓNICO Y OBRAS DE ARTE

La constante actividad social desarrollada por el Club Español, desde sus inicios, generó la necesidad  de contar con una sede propia. Sus socios,  con el Dr. Fermín Calzada a la cabeza de la Comisión Directiva, se movilizan para la recolección de fondos, a fin de lograr la compra de un predio donde levantar el edificio.

El 11 de mayo de 1907 se adquieren dos lotes de terreno en la calle Buen Orden( hoy Bernardo de Irigoyen) números 172 al 180, por la suma de 160.000 pesos. Para su construcción se recurre, con rapidez, a una licitación internacional, en la cual el ganador es el proyecto desarrollado por el arquitecto holandés Enrique Folkers, quien también toma a su cargo la dirección de las obras, firmándose el 8 de junio de 1908 el convenio de edificación con el ingeniero Ernesto Gramondo.  

El 27 de septiembre de 1908 se coloca la piedra fundamental, con la asistencia del entonces Presidente de la Nación, Dr. José Figueroa Alcorta. El plazo de ejecución de la obra fue de apenas, veintiocho meses tomando el club posesión del edificio el 8 de mayo de 1911; período sumamente acotado, considerando las características estilísticas de la construcción, cuyo nivel muestra un acabado estudio en cada detalle.

La poderosa Buenos Aires del 1900 florecía en edificios de distinta índole : públicos, estatales particulares, entre otros. Por ello, la ola de arquitectos e ingenieros europeos se multiplicó y la ciudad cambió de raíz. Entre tantos edificios se alzó el Palacio, sede del Club Español.

Realizando una descripción visual de su fachada se advierten las características constructivas del momento, “ el eclecticismo”, en el cual “el ornamento” expresa una nueva y original intencionalidad formal, incorporándose en la armazón arquitectónica, propia del modernismo. 

También aparece un referente neo- mudejar, como un punto focal de gran importancia : “los arcos de herradura”, coronando los ventanales protagónicos de la planta principal y, en verdad, de toda la fachada. Con tal elemento, el arquitecto, recurre al estilo decorativo más arreglado de la historia arquitectónica española. Revela la escencia del “Ser español”.

En general, la caja arquitectónica, es geométrica, variada pero sin sobresaltos. El éxito de la composición no descansa en la exhibición de ornamento en la mampostería, estructura y herrajes, sino que también utiliza frisos y molduras rectos, semicirculares o curvos, dispuestos ordenadamente, pero con un sentido de contraste, de ruptura.

Acompaña al conjunto el trabajo de color, las bandas horizontales de granito rojo “cálido” tierra que equilbran la verticalidad de la caja, afirmándola al terreno, brindando solidez y peso, acordes con una institución emblemática.

Ascendiendo, el edificio remata con una de las cúpulas más bellas de todo Buenos Aires  coronada con la bella escultura “El genio alado” que junto con las otras dos del tercer piso : “La Recolección” y “La Navegación”,son obra del  escultor barcelonés Torcuato Tasso y Nadal (1852- 1935) quien también realizó importantes obras en Europa como la “Santa Isabel” y en Buenos Aires los monumentos de Carlos Pellegrini y Lavalle, entre otras.

Interiormente, el Palacio está desarrollado en cuatro plantas:

Desde el acceso, por la entrada principal, se advierte la presencia de la imponente escalera de honor, elemento que, desde el Rococó francés, adquirió relevancia y protagonismo en los Palacios europeos, y aquí en el Club Español se le otorgó la importancia de una obra de arte. Construida con mármoles traídos, especialmente, de España e Italia, combinando con maestría sus tonalidades y trabajada con calados y tallados a cincel. Una verdadera joya escultórica.

En el subsuelo el estilo de la decoración transporta a la España morisca, a la tierra de Andalucía, en la cual siglos de influencia árabe han dejado su huella. La Alhambra, integrada por dos salones conectados visualmente que repiten, con fidelidad los detalles del moçárabe y las vistas a las que se accedía, desde el lugar original. Los murales desarrollados con la técnica del marouflage, fueron realizados por el artista español Francisco Villar y su esposa, la pintora Leoní Mathis, ( 1883-1952) primer mujer admitida en la Academia de Bellas Artes de París.

En época anterior, en planta baja, se encontraba el gran salón de billares, espacio que hoy día se halla ocupado por el restaurant. En aquel entonces, el salón contaba con la presencia de cuadros de artistas españoles residentes en Buenos Aires y de otros que vivían en otras latitudes, algunos donaban a su paso por el club.

En el primer piso, se desarrolla el salón principal “Imperial”, cuyas características rememoran los salones del estilo Regencia y Rococó, donde el ornamento de estuco sube por los muros y pilastras y cubren las superficies murales y techos con mundos alegóricos. En este caso se destacan los marouflages realizados por el pintor español Julio Borrell y Plá (1877-1977), trabajados con óleo y pastel, denotando un claro dominio de la técnica y, apelando a los sentidos del espectador, mostrando distintos momentos de la cultura hispánica. También el vestíbulo acompaña el estilo, referenciando en los relieves del sector superior de los muros, diversas escenas del descubrimiento de América.

Se destaca en el ambiente el alto relieve “La Intelectualidad y el Trabajo” de Miguel Blay Fábregas; también a ambos lados del balaustre dos hermosos jarrones pertenecientes a José Solá y en la culminación de la escalera de honor en sus dos extremos : “ La tradición” de Agustín Querol ( a la izquierda) y  La excepcional “ Bailaora” de Mariano Benlliure ( a la derecha).

En el entrepiso, entre primera y segunda plantas, se encontraba la peluquería, hoy día destinadas a oficinas.

Ya en el segundo piso, varios salones alojaban juegos de recreo (tresillo, ajedrez, etc), la biblioteca y sala de lectura (más adelante relocalizadas en el tercer piso) y una salita de conversaciones; actualmente están reordenados en la “ Sala Roja” ( para recepciones) y el “Salón Mayor” ( para banquetes).

El tercer nivel albergaba un lujoso restaurant, la intendencia, salas de entrenamiento, etc ; actualmente se encuentran las oficinas de la secretaría, gerencia y presidencia, junto con los salones “ La amistad” y “ España” que muestran una pinacoteca compuesta por autores referentes de la pintura española del siglo XIX, y finalmente la biblioteca del Club con catorce mil ejemplares aproximadamente.

Por fin el espacio destinado, anteriormente el restaurant de verano, en la actualidad fue renovado en toda su dimensión, convirtiéndose en sala de recepciones y el salón “ Autonomías”.

Todo lo concerniente a los detalles como yesería y la carpintería (estuvieron a cargo de Laureano Ramón), son de cuidada factura, con pureza de líneas y armonía hacia el conjunto.

El 9 de Diciembre de 2004 la Honorable Legislatura de la ciudad Autónoma de Buenos Aires, por resolución 566/2004 declara al Club Español como SITIO DE INTERÉS CULTURAL DE LA CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES EN MÉRITO A SU VALOR HISTÓRICO, SIMBÓLICO, ARQUITECTÓNICO Y URBANÍSTICO. El 22/7/2014 por decreto del Poder Ejecutivo Nacional 1163/2014 se decretó al edificio del Club Español como MONUMENTO HISTÓRICO NACIONAL.

La labor actual de su Honorable Comisión Directiva no desmerece la efectuada por sus fundadores, pues sigue la línea de resguardo y desinterés señalada por aquellos de 1852, manteniendo el espíritu que animó al gran Club que fue y seguirá siendo el alma mater de todas las Instituciones Españolas en Argentina.